Siete de cada diez argentinos sufrieron un hecho de discriminación
Los ámbitos educativo, laboral y la vía pública, los espacios donde más se sufre. El dato surge de la tercera edición del Mapa Nacional de la Discriminación elaborado por el organismo a partir de encuestas realizadas a 11.700 personas en sus hogares durante 2019.
El 36% de la población considera a la discriminación como una “vulneración de derechos”, el 72% experimentó alguna situación discriminatoria y los espacios más reiterados donde se sufrió este hecho fueron en los ámbitos educativo, laboral y en la vía pública, según el Mapa Nacional de la Discriminación que el Inadi presentará el próximo martes.
En su tercera edición, este relevamiento federal fue elaborado a partir de encuestas realizadas a 11.700 personas en sus hogares durante 2019 (antes de la pandemia) con el objetivo de «conocer las percepciones, las representaciones y las experiencias de discriminación en las provincias», y los resultados serán presentados el próximo martes a las 16 en el Salón de las Mujeres de Casa Rosada, informó el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo.
Entre los principales datos, el estudio identificó que, mientras que en la anterior edición, en 2013, solo un 12% de la población consideraba a la discriminación como una vulneración de derechos, en 2019 la cifra trepó al 36%.
Esto implica que, mientras en el anterior relevamiento muchas personas identificaban a la discriminación únicamente como «falta de educación, falta de respeto, burlas o maltrato», en esta nueva edición se triplicó la cantidad de individuos que incorporan «la mirada de la discriminación como la negación de un derecho», explicó el organismo en su informe.
«Este dato nos parece muy importante porque habla de que un porcentaje grande de la población reconoce (en la nueva edición) a la discriminación como algo que limita al ejercicio pleno de sus derechos», aseguró a Télam Karina Iummato, coordinadora del informe y del Observatorios e Investigaciones del Inadi.
A partir de los hogares encuestados, el estudio relevó que el 72% de la población tuvo experiencias de discriminación a lo largo de su vida, mientras que en 2013 esa población era del 65%.
En particular, este dato adquiere especial relevancia entre jóvenes, ya que de las personas de 18 a 29 años un 82% sufrió discriminación, mientras que entre quienes tienen de 60 a 74 años, un 53% dice haber vivido algún tipo de hecho discriminatorio.
«Este aumento habla de un mayor reconocimiento que se tiene de las prácticas discriminatorias, que muchas veces están naturalizadas», agregó Iummato en diálogo con Télam.
Luego, enfatizó en la importancia de que la población pueda desnaturalizar y reconocer estos prejuicios y estereotipos, a través de un trabajo de concientización del organismo.
La coordinadora señaló que, a través de este diagnóstico de cómo se identifica la discriminación en Argentina, es posible «pensar hacia dónde direccionar las políticas públicas, atendiendo que algunos índices que dieron más altos».
En esa línea, un dato alarmante es que el ámbito donde más se padeció este hecho fue en el educativo, con el 41%, donde las principales causas de discriminación fueron aquellas relativas a «las cuestiones estéticas y a las corporalidades gordas».
«Estos primeros datos permiten aventurar la interpretación de que el trabajo de sensibilización es el primer paso para la identificación de las situaciones discriminatorias, y para poder avanzar en la promoción de la igualdad en el acceso a derechos», aseguraron.
Los ambientes que siguieron al educativo, como espacios donde se produjeron hechos de discriminación, fueron el laboral, el barrio y locales nocturnos como bares y boliches.
En la vía pública, la discriminación se expresó principalmente en situaciones relativas al racismo estructural, mientras que en el ámbito laboral la dimensión del género ocupó el primer lugar de estas experiencias negativas, especificó el estudio.
El mapeo del Inadi identificó como la más reiterada a la discriminación étnico-racial, es decir, aquella que sufren las personas por su color de piel, su nacionalidad, su situación socioeconómica, su lugar de origen y su pertenencia étnico-cultural, entre otras características.
En particular, la discriminación por la situación de pobreza fue la respuesta más mencionada por las personas en las provincias de Chaco, Salta, Santiago del Estero y Tucumán.
En cuanto a la dimensión de género, mientras que en 2013 las respuestas en torno a la discriminación por ser mujer se encontraba en un 6%, en esta edición se incrementó al 12% por las experiencias sufridas a nivel general y un 21% si solo se tienen en cuenta las respuestas de las mujeres, indica la investigación.
El informe también advirtió que creció «notoriamente» la identificación de las redes sociales como espacios de ámbitos discriminatorios, lo que alerta sobre lo que la población consideró «un entorno hostil donde circulan discursos de odio, noticias falsas y una suerte de cultura del odio (haters)».
En ese marco, las personas encuestadas consideraron que, frente a estas discriminaciones, el Estado debe accionar, principalmente, incorporando el tema en las escuelas y realizando más campañas de difusión, y en menor medida dictando nuevas leyes que penalicen la discriminación, aplicando multas y/o sanciones y ampliando las instituciones donde denunciar.