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Máximo exigió profundizar la investigación del atentado a CFK con duras críticas a Macri y Larreta

El diputado del Frente de Todos encabezó un encuentro del espacio en la localidad bonaerense de Morón. Pidió saber «quién estaba detrás de (Fernando) Sabag Montiel y Brenda Uliarte» en el ataque a la Vicepresidenta.

El diputado Máximo Kirchner advirtió que «no es pensando que si suprimo a tal o cual el país va a estar mejor», sostuvo que el eslogan «cárcel o bala» ya «fracasó» con la dictadura cívico militar y exigió que se identifique «quién estaba detrás de Sabag Montiel y Brenda Uliarte», al pronunciar esta tarde su primer discurso desde el atentado contra la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner.

Durante un acto en Morón que coincidió con el primer mes del ataque contra su madre, Kirchner criticó a Mauricio Macri por la deuda contraída con el FMI, pero además lo responsabilizó por incorporar la idea de suprimir al otro, para lo cual recordó una frase en la que el expresidente habló de la necesidad de «mandar 500 o 600 argentinos a la luna para que la Argentina se desarrollara».

El titular del PJ bonaerense tuvo además palabras muy duras con el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, a quien cuestionó por el envío de la Policía de la Ciudad a las escuelas tomadas en CABA y le reprochó usar «un lenguaje tan duro, tan de taita, de arrabal y de guapo para sacar chapa contra los pibes y pibas».

Protestas en las escuelas porteñas

Para el legislador y fundador de La Cámpora, la decisión de Larreta de endurecer la intervención del Gobierno porteño frente a las protestas de los estudiantes fue una forma de «descargar la frustración por bajar la mirada con Macri, que lo maltrata y lo deja sin dignidad».

Además, contrastó esa actitud del Jefe de Gobierno con la ausencia de la Policía porteña cuando se produjo la Marcha de las Antorchas a la Casa Rosada, en la que los integrantes de la organización Revolución Federal lanzaron teas encendidas por sobre las vallas que rodean el perímetro de la sede gubernamental.

«Se ve que (a Larreta) le interesan más los jóvenes que andan con antorchas, ponen guillotinas y proponen matar al otro», cargó Kirchner en el palco montado en uno de los predios del club de rugby Los Matreros, desde donde desplegó fuertes cuestionamientos a Macri, al jefe de Gobierno y a la exgobernadora María Eugenia Vidal.

En lo conceptual, el legislador planteó que ciertos hechos de los últimos años, como la deuda que Macri tomó con el FMI sin garantizar condiciones para «el repago» o las apelaciones a «la violencia, la estigmatización y la persecución» contra sectores sociales y políticos -entre ellos el kirchnerismo- demostraban que «se terminó el mito de la derecha eficiente y democrática», según advirtió.

Agregó entonces que a fines de 2015, con la llegada de Macri a la Casa Rosada, «nos explicaban desde editoriales la nueva derecha democrática que teníamos, una derecha que sabía comunicar», pero consideró que aquella interpretación que encontraba mucho eco mediático quedó desmentida por el paso del tiempo.

En ese sentido, señaló que «los medios de comunicación han tomado partido» por los potenciales candidatos del PRO, incluso afirmó que en CABA «los dos principales medios escritos» le responden al propio Larreta, al igual que «la mayoría automática» de la Legislatura y el Poder Judicial; también advirtió sobre el accionar de la Policía de la Ciudad al definirla como «una Policía Política».

En relación al día en que atentaron contra su madre, Kirchner comentó que «ese jueves por a la mañana» había dado una entrevista en la que dijo que «la oposición parecía estar compitiendo a ver quién mataba al primer peronista», y luego recordó la grabación de la Policía porteña en la que un oficial instruía que «el gobernador (Kicillof) era un manifestante más y (Andrés) Larroque no tenía fueros».

También, planteó que la proliferación de discursos de odio contra el sindicalismo, los jóvenes, la militancia política de la izquierda y del peronismo debía leerse como «la punta de lanza de la instalación de modelos de exclusión».

Kirchner estuvo acompañado en el palco por el intendente Lucas Ghi (FdT); la diputada Mónica Macha, también del oficialismo, y el titular de la Autoridad de la Cuenca Matanza-Riachuelo (Acumar), Martín Sabbatella, todos dirigentes de Morón.

Entre los asientos distribuidos sobre el césped de una vieja cancha de rugby se pudo ver a muchos dirigentes del FdT, entre ellos los ministros nacionales Gabriel Katopodis (Obra Pública) y Juan Zabaleta (Desarrollo Social); el intendente Damián Selci (Hurlingham); la directora del PAMI Luana Volnovich; el diputado nacional Leopoldo Moreau, y los ministros bonaerenses Walter Correa (Trabajo) y Leonardo Nardini (Infraestructura).

En otro tramo del discurso, el titular del PJ bonaerense hizo un balance de los efectos que produjo el ataque contra su madre: «¿Saben lo que más bronca me da, por lo menos a mí? Es la distracción que ha generado todo esto que ha sucedido, que nos ha distraído de los problemas que estábamos abordando».

Las elecciones en Brasil

Luego se refirió a las elecciones presidenciales en Brasil, a horas de que Luiz Inácio Lula Da Silva compita en el duelo de fondo con Jair Bolsonaro y con serias chances de llegar al Palacio de Planalto por tercera vez, un hecho que Máximo Kirchner asoció con «el comienzo de un proceso político nuevo».

«Mañana vota Brasil y quizás vuelve después de veinte años. Para algunos, veinte años es el fin de un proceso político, para Lula quizá sea el comienzo de uno nuevo. Y lo más importante, obtenga o no la victoria, es lo que significa. Después de todo lo que le han hecho, de la persecución que sufrió, de no poder despedir familiares que murieron mientras él estaba en la cárcel», repasó.

El presente del Frente de Todos

En cuanto a las reflexiones hacia adentro de la propia coalición, Kirchner destacó el trabajo realizado por el ministro de Economía, Sergio Massa, para sumar reservas, reiteró sus críticas al antecesor Martín Guzmán por «rajarse como Casildo Herreras», en referencia al gremialista que dirigía la CGT al momento del golpe de 1976, e insistió en que el crédito con el FMI, al ser «político», debía haberse renegociado de otro modo.

«Los capitales que vienen a invertir a la Argentina lo quieren hacer por muy poca plata, imponiendo normas ambientales totalmente laxas», alertó, para advertir sobre un proceso que busca imponer «la flexibilización laboral, la flexibilización impositiva y la flexibilización ambiental».

Por su parte, el Partido Justicialista porteño, encabezado por el senador nacional Mariano Recalde, realizó un nuevo acto en respaldo a la Vicepresidenta en la plaza Banderín, en el barrio de Floresta, al cumplirse un mes del atentado en su contra, donde destacó la convocatoria al afirmar que «había mucha necesidad de defender la democracia, a Cristina» y «ver cómo salimos adelante frente a las actitudes antidemocráticas del macrismo en general».

Con el lema «El pueblo cuida a Cristina, Cristina cuida al pueblo», el acto convocó a los vecinos de la comuna 10 en un encuentro en el que también estuvieron el presidente del Congreso del PJ porteño, Víctor Santa María; el secretario general de la Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y Premetro (AGTSyP), Roberto «Beto» Pianelli, y la economista y congresal del PJ nacional, Kelly Olmos, entre otros.

Santa María, por su parte, sostuvo en declaraciones a esta agencia que la idea del encuentro fue «reflexionar sobre el atentado que ha sufrido la vicepresidenta» y manifestó que «a Cristina se la ataca no por ser Cristina, sino por lo que representa como ocurrió con el peronismo».

Tras el intento de magnicidio de la Vicepresidenta, el FdT porteño convocó durante todos los sábados siguientes a diferentes encuentros de la militancia en plazas de la ciudad.

El sábado 17 de septiembre se realizaron dos convocatorias en plazas, una en el barrio de Boedo y otra en el de Villa Mitre, mientras el 10 de septiembre hubo un multitudinario acto en el Parque Lezama.