Las horas frenéticas de Massa entre la campaña y las negociaciones para anunciar el acuerdo con el FMI

El ministro de Economía terminó de cerrar los detalles del entendimiento en el inicio de su gira por el norte del país. La última reunión con las autoridades del organismo multilateral se realizó desde San Juan

Sergio Massa esperó en Buenos Aires, durante las últimas semanas, el cierre del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional que venía negociando desde hacía meses. Pero la confirmación de que estaba a punto de aprobarse le llegó poco antes de subirse al jet que lo llevaría hasta San Juan para iniciar su mini gira por el norte del país.

Con este viaje, el ministro de Economía se disponía a acelerar el ritmo de una campaña que no terminó de arrancar. Primero, por las internas de Unión por la Patria. Pero, principalmente, por los vaivenes económicos y las negociaciones con el FMI, que consumieron la mayor parte del tiempo del titular de la cartera y candidato presidencial. De hecho, toda la semana su agenda estuvo centrada en las medidas anunciadas el pasado domingo para facilitar el pacto, que, sin embargo, se postergaba.

El despegue desde la base militar rumbo al Norte estaba previsto para las 21, pero el ministro se subió al avión pasadas las 22:30. En ese momento, solo él y sus colaboradores más cercanos tenían la información precisa de que el FMI anunciaría durante la mañana del viernes, a las 9, los detalles del deseado staff level agreement.

Massa empezó a revelarlo en la charla informal a bordo con su compañero de fórmula, Agustín Rossi, jefe de Gabinete; y con el jefe de campaña y candidato a primer senador bonaerense, Eduardo de Pedro, ministro del Interior, que lo acompañaban en la gira junto al secretario de Producción, Ignacio de Mendiguren; y el ex ministro de Agricultura, Julián Domínguez, que hoy oficia de asesor de Massa. También participaba de la comitiva del viaje el referente de Barrios de Pie, Daniel Menéndez, que se había sumado sobre la hora para empezar a delinear los aportes de los movimientos sociales.

Aterrizaron en San Juan veinte minutos antes de la medianoche. En la pista los esperaba el gobernador, Sergio Uñac, anfitrión de la primera actividad, que los llevaría en una camioneta oficial a la Casa de Gobierno. El plan era cenar allí con las autoridades locales, para que los líderes nacionales pudieran insuflar aires esperanzadores en la provincia de cara a las PASO, luego de la derrota de hace dos meses que sufrió el oficialismo local frente a Juntos por el Cambio.

Massa, De Pedro y Rossi saludaron a los funcionarios sanjuaninos y se tomaron varias fotos antes de desplazarse al patio interno de la gobernación, donde se estaba preparando un asado y se repartía una picada con vino tinto. Pero pasados unos minutos de conversaciones casuales, el ministro de Economía se excusó de la tertulia y volvió a entrar a la casa colonial. Antes, llamó a Uñac. “Sí, mi hermano”, le dijo el jefe provincial, y caminó raudo detrás del ministro.

Sergio Massa viajó junto a Agustín Rossi y Eduardo De Pedro a su gira por el norte

El motivo de la interrupción era la convocatoria de último minuto a un nuevo contacto con las autoridades del FMI de la serie infinita durante las últimas semanas para terminar de acordar los detalles del acuerdo, del que depende que se aprueben los desembolsos que permitirán pagar los vencimientos de la semana que viene, y darle aire a las reservas, agotadas, del Banco Central.

Uñac le prestó a Massa el salón Camus, acondicionado con tecnología para videollamadas. El ministro se sentó a la cabecera de la mesa, con las banderas de Argentina y San Juan de fondo, y se conectaron juntos a la teleconferencia, donde los esperaban el jefe de asesores del Ministerio de Economía, Leonardo Madcur; el director departamental para el hemisferio occidental, el chileno Rodrigo Valdes, y el jefe de misión para las negociaciones con la Argentina, Luis Cubeddu. Después del saludo inicial, que incluyó una mención a Kristalina Georgieva, el gobernador dejó a Massa y se reunió con el resto de los funcionarios propios y nacionales, que ya se encontraban sentados a la mesa en un salón interno de la sede de gobierno.

Massa estuvo reunido virtualmente con el FMI y su asesor durante una hora, donde, según reveló un testigo, “pivotearon cuestiones de técnica económica” del documento, que iba y venía entre Washington y Buenos Aires, siempre con modificaciones. Recién cerca de la 1 de la madrugada el ministro se sumó a la cena política. “Vino para los postres”, contó uno de los presentes.

Todos en el lugar estaban al tanto del motivo de la inesperada ausencia del candidato, pero a pesar del interés, nadie preguntó en profundidad por el resultado de la charla con los representantes del organismo de crédito. Massa, a sabiendas de la expectativa, hizo una breve alusión al tema central de sus preocupaciones, pero se reservó las minucias. En cambio, la charla giró en torno a cuestiones domésticas, políticas, en tono distendido. “Las derrotas fortalecen, lo importante es la unidad. Hay que dar para adelante y seguir trabajando”, les dijo a los sanjuaninos, complicados por la interna entre Uñac y su predecesor, José Luis Gioja, que desembocó en una derrota en las elecciones provinciales. “La democracia da revancha, tenemos la elección en agosto y vamos a ganar”, cerró la cena.

Eran cerca de las 2 cuando llegó al hotel, con poco tiempo para dormir. En la mañana del viernes, antes del anuncio, estaba programado otro “Zoom” con el Fondo, a las 7 hora de Argentina. La charla definitoria se prolongó hasta las 8, por lo que el resto de la agenda de la jornada, planeada milímetro a milímetro entre dos provincias, empezó a modificarse. Pasadas las 9 – el horario en que el Gobierno esperaba el comunicado del Fondo- aún no había novedades, pero los funcionarios massistas se mostraban convencidos de que saldría publicado pasadas las 10. Y así fue. Massa esperó cuidadosamente a que el acuerdo estuviera firme para mostrarse ante la prensa que lo esperaba en el lobby del hotel. Antes habían pasado por allí Uñac, Rossi y De Pedro.

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Fue el último funcionario en mostrarse en público esta mañana de definiciones económicas importantes. Eligió mostrarse serio luego de que el FMI comunicara oficialmente el nuevo acuerdo con la Argentina, el desembolso de USD 7.500 millones en agosto; y que los vencimientos de la semana próxima se pagarán con operaciones puente de otros organismos multilaterales, como el Banco Mundial y el BID.

“Esto nos permite recorrer la segunda parte del año que, obviamente marcada por lo electoral, genera a veces incertidumbre o dudas, con mucha más tranquilidad. Así que para nosotros es una muy buena noticia”, fue una de sus frases de la rueda de prensa que brindó antes de subirse a otra camioneta para iniciar, de una vez, la gira de campaña en el Norte.

Después, frente a los militantes que lo esperaban en un acto de la localidad de Chimbas, rodeado de cartelería de Unión por la Patria, con el traje de candidato puesto, deslizó un comentario más picante, en sintonía con la mirada del kirchnerismo, que evitó defender las gestiones de Massa con el FMI durante el último tramo de las negociaciones: “Vine acá a comprometerme a defender un proyecto de país y de provincia (…) Nos comprometimos a pagarle al fondo y ser soberanos”. Y cerró, alineado con el gobernador electo de Córdoba Martín Llaryora: “No queremos que nadie nos diga lo que tenemos que hacer. A los sanjuaninos les digo: ningún pituquito de Buenos Aires les va a venir decir lo que tienen que hacer”.