En medio de la interna, Cristian Ritondo asumió como presidente del PRO de Buenos Aires
El jefe de la bancada amarilla en Diputados conducirá el partido en el distrito bonaerense, con el aval de Mauricio Macri y de los intendentes Soledad Martínez y Guillermo Montenegro. Crece la pelea con Patricia Bullrich
Luego de idas y vueltas, Cristian Ritondo asumió oficialmente hoy como presidente del PRO de la provincia de Buenos Aires con el aval político de Mauricio Macri. Lo hizo tras lograr consenso para ser el único candidato en la presentación de listas el pasado 25 de junio. Previamente, el macrismo había logrado remover a las autoridades anteriores del partido en ese territorio, que eran dirigentes ligados a Patricia Bullrich. La movida se produjo en medio de la fuerte interna entre el ex Presidente y la ministra de Seguridad.
Por elevación, se trata también de matices del propio macrismo con Javier Milei. El PRO es el principal aliado político del Gobierno, pero hay discusiones internas sobre las condiciones y la forma de ese apoyo. El partido quedó en una posición incómoda tras el fracaso electoral de 2023. La pelea por estas horas es qué tipo de alianza establecer con La Libertad Avanza: si de subordinación y fusión, o un acuerdo en el que cada una de las partes conserve autonomía decisional.
Es en este contexto que Macri busca fortalecer al PRO, de cara a la discusión electoral de 2025. Pretende tener un control pleno del partido para las negociaciones de poder proselitistas. Por eso asumió él mismo como titular nacional del sello institucional, impulsó a Ritondo en Buenos Aires y a Jorge Macri para que haga lo propio en la Ciudad de Buenos Aires.
Ritondo se movió desde principios de año para reunir avales para su candidatura. Lo apoyaron Diego Santilli, referente del PRO en la provincia, y buena parte de los intendentes; entre ellos: Soledad Martínez (Vicente López), Guillermo Montenegro (Mar del Plata), Pablo Petrecca (Junín), Marcelo Matzkin (Zárate), María José Gentile (9 de julio) y Javier Martínez (Pergamino). En tanto que Ramón Lanús (San Isidro) hace equilibrio entre Macri y Bullrich, abona la fusión con Milei, y optó por mantenerse al margen del armado de listas en Buenos Aires. Por su parte, Diego Valenzuela (Tres de Febrero) se alineó con Bullrich y trabaja en la construcción del PRO Libertad.
En un acuerdo con Jorge Macri, Soledad Martínez y Petrecca son los vicepresidentes primero y segundo del Consejo Directivo del partido. Ambos intendentes están ligados a la estructura de poder del jefe de Gobierno porteño, al igual que Javier Martínez y Gentile. Y César “Tuta” Torres también integra la lista partidaria como vocal.
Guillermo Montenegro también siguió de cerca el armado. Se trata de un intendente de peso en el PRO y muy activo en la política bonaerense. Su principal armador es Alejandro “Ruso” Rabinovich, quien también es uno de los vocales partidarios. Lo propio sucede con Santilli, que tiene representación con el legislador Agustín Forchieri, prosecretario de River Plate. Por su parte, Grindetti continuará como presidente de la Asamblea bonaerense del PRO y ubicó a Adrián Urreli, legislador y dirigente de su íntima confianza, como vocal. María Eugenia Vidal, referente histórica del PRO y ex gobernadora bonaerense, también dio el visto bueno para la candidatura de Ritondo.
En la lista que acompañan a Ritondo también hay históricos del PRO bonaerense: Martín Yeza, diputado nacional y ex intendente de Pinamar que mañana será ungido como líder de la Asamblea nacional; Julio Garro, secretario de Deportes de la Nación y ex intendente de la Plata; y el legislador Christian Gribaudo.
La llegada de Ritondo a la conducción del PRO bonaerense fue uno de los puntos que más tensó la interna entre Macri y Bullrich.
Es que la presidenta del partido en Buenos Aires era Daniela Reich, legisladora bonaerense y esposa de Diego Valenzuela, intendente de Tres de Febrero. Se trata de dos dirigentes que hoy están alineados con Bullrich.
Reich llegó a la presidencia del partido en 2023, cuando Jorge Macri renunció a ese cargo en el marco de su campaña para Jefe de Gobierno porteño. La dirigente tenía mandato por dos años más. Sin embargo, Ritondo y el macrismo forzaron la renuncia de la mayoría de los miembros del Consejo Directivo partidario para generar una acefalía. Esa situación obligó a llamar nuevamente a elecciones para renovar autoridades.
Esa movida política se dio por las diferencias entre Macri y Bullrich. Ambos se distanciaron desde que Milei asumió la Presidencia de la Nación. La ministra de Seguridad adoptó una postura de alineamiento con Milei. Los legisladores y dirigentes de su equipo actúan hoy como oficialismo. Es un posicionamiento que incomoda al ex Presidente.
Macri pretende que el PRO conserve autonomía. Quiere que a Milei le vaya bien. Y moviliza a los legisladores de su partido para respaldar al Gobierno. Pero tiene diferencias en algunos asuntos de gestión y ha manifestado matices ante el propio Presidente.
Este marco desató una interna que dividió al partido en dos. Desde principio de año ambos sectores, el macrismo y el bullrichismo se tiran dardos cruzados que azuzan la tensión. Por eso, la mesa política de la ministra de Seguridad no avala la elección de Ritondo.
Bullrich desconocerá la legitimidad de esa designación. Con esa impronta, ni siquiera pujará para negociar lugares de poder en la lista con las nuevas autoridades. “Que se queden con una cáscara vacía. Negociar sería reconocer una jugada espuria”, le explicó a Infobae un operador ligado a la funcionaria.
Bullrich, mientras tanto, trabaja en construir su propia “organización”. Se mueve políticamente a la par de los armadores de La Libertad Avanza en Buenos Aires para promover una fusión con el partido amarillo.