Con la mira en el FMI, el Gobierno convoca a opositores y apuesta al diálogo
Contar con el mayor apoyo para el cierre de un acuerdo con el Fondo será clave para «continuar creciendo» y así «redistribuir» ingresos a toda la sociedad, lo que el presidente Alberto Fernández definió como «una segunda etapa» de su mandato tras las legislativas el pasado domingo.
El Gobierno nacional apuesta al diálogo con todos los sectores para cerrar un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) que le permita al país «continuar creciendo» de modo tal que se pueda «redistribuir» esos ingresos que genere la actividad económica a toda la sociedad.
Así lo planteó la portavoz de la Presidencia, Gabriela Cerruti, que resaltó que el Gobierno está «fuerte, consolidado y entusiasmado» y «decidido a llevar adelante lo que resta por hacer» en lo que el presidente Alberto Fernández definió como «una segunda etapa» de su mandato, tras las elecciones legislativas del domingo último y el masivo acto que le siguió ayer en Plaza de Mayo por el Día de la Militancia, en el que recibió el apoyo del conjunto Frente de Todos -movimientos sociales, sindicatos, dirigencia política y militancia-.
Superado el debate sobre el análisis de los resultados electorales, en Balcarce 50 las jornadas posteriores a los comicios legislativos de medio término abrieron nuevos escenarios hacia dentro del Frente de Todos y respecto de la relación que Gobierno pretende mantener con los actores sociales y con las fuerzas política opositoras hasta 2023.
«La convocatoria a los políticos, el debate parlamentario del Plan Plurianual y la discusión que se dé en el Consejo Económico y Social (CES), son gestos que se pueden mostrar como parte de la voluntad de un Gobierno para que lo que se acuerde con el FMI tenga el mayor apoyo posible», comentaron a Télam fuentes de la Casa Rosada.
Durante la mañana del viernes pudo saberse que el CES, el órgano de debate plural que encabeza el secretario de Asuntos Estratégicos Gustavo Beliz, tendrá en los próximos días la oportunidad de analizar y debatir «el tema de la deuda».
Ese será el espacio privilegiado para el «debate social» de lo que acontezca con las negociaciones con el FMI y los alcances del Plan Plurianual que formalmente presentará el ministro de Economía Martín Guzmán ante el Congreso luego del lunes 6 de diciembre.
Pero, además, se espera que el presidente Alberto Fernández formalice «próximamente» lo anunciado el domingo por la noche en su mensaje tras el cierre de los comicios y confirmado ayer por la tarde en Plaza de Mayo ante una multitud: un llamado extraparlamentario con líderes opositores.
Esas dos instancias serán paralelas al trabajo que, en el Congreso, realizarán las autoridades parlamentarias para avanzar con el tratamiento efectivo de la normativa.
«A la oposición le conviene participar, sentarse a debatir. Pero además, la idea es que todos sean parte, que todos sepan a qué se está comprometiendo el país. Por eso no hay que descartar que haya reuniones oficiales o extraoficiales con empresarios, sindicalistas, líderes sociales», añadieron.
En la Casa Rosada recuerdan que Fernández siempre quiso dialogar y así los hizo durante los primeros meses de la pandemia: «Siempre lo va a buscar», dijo la fuente consultada.
Pero aclaró que enfrenta la realidad de que el líder del espacio de derecha La Libertad Avanza Javier «Milei está asociado a una idea antidemocrática de la sociedad», mientras que el expresidente Mauricio «Macri ya dijo que no iba a participar».
«Se podrá llamar a Patricia (Bullrich) que es la presidenta del PRO», ejemplificó esta mañana un funcionario de trabajo cotidiano con el Jefe de Estado.
La importancia del diálogo la comparte todo el Gobierno y así, Beliz, por ejemplo, aseguró que ese paso es «clave» para «llegar a instancias de certidumbre, de equilibrio, de cultura del encuentro, de respeto a la diversidad y hacerlo con un sentido productivo, con un sentido que fomente resultados concretos».
Mientras tanto, debate y diálogo parecen entonces marcar la agenda también hacia adentro del Frente de Todos: Alberto Fernández desempolvó después del domingo una idea que, según confirmaron diversas fuentes a Télam, tienen larga data, que es iniciar el proceso de institucionalización de la coalición gobernante.
Primero fue el gobernador de Chaco, Jorge Capitanich, y luego los intendentes del conurbano quienes se anticiparon por unas horas a lo que diría el jefe de Estado en Plaza de Mayo: iniciar el camino hacia una organicidad que -emulando al Frente Amplio uruguayo- permita dirimir debates y candidaturas sin que la unidad se ponga en riesgo.
Cerruti confirmó que Fernández entiende que «todos los debates tienen que darse» y que son parte «de la concepción de la democracia» que tienen dentro del espacio gobernante.
Aunque la portavoz se refería a la dinámica interna del Frente de Todos, sus palabras podrían hacerse extensivas a los objetivos de Fernández respecto del debate de la deuda: la búsqueda de «acuerdos básicos» y la discusión «empática» de los matices «consolidan la unidad y la hacen sincera».