Atentado contra Trump: inician una investigación en el Capitolio y citan al Servicio Secreto de EEUU
El Comité de Supervisión y Responsabilidad de la Cámara de Representantes investigará el ataque contra el candidato republicano y convocó para el 22 de julio a Kimberly Cheatle, directora del Servicio Secreto, que aún no contestó a la citación legislativa
Tras el intento fallido de asesinato de Donald Trump, el Servicio Secreto de los Estados Unidos quedó en la mira y su directora Kimberly Cheatle fue citada por el Comité de Supervisión y Responsabilidad de la Cámara de Representantes, que ya inició la investigación del ataque perpetrado en Butler (Pensilvania).
El titular del Comité, James R. Comer –republicano por Kentucky-, solicitó a Cheatle que testificara el próximo 22 de julio para determinar las responsabilidades del Servicio Secreto en el atentado contra Trump.
La directora Cheatle aún no contestó al pedido de comparecencia voluntaria del diputado Comer.
La citación a la directora del Servicio Secreto no es un hecho aislado. El Presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, también exigió una investigación parlamentaria para definir las responsabilidades ante el ataque sufrido por Trump.
El speaker Johnson -republicano de Luisiana-posteó en X: “La Cámara de Representantes realizará una investigación completa de los trágicos eventos de hoy. El pueblo estadounidense merece saber la verdad. Haremos que la directora del Servicio Secreto, Kimberly Cheatle, y otros funcionarios apropiados del DHS y el FBI se presenten a una audiencia ante nuestros comités lo antes posible”.
Hasta ahora la información está fragmentada.
El F.B.I. Identificó al francotirador como Thomas Matthew Crooks, de 20 años, que vivía en Bethel Park (Pensilvania). No se sabe aún si actuó solo (hipótesis del Lobo Solitario), y cuál fue el móvil que lo llevó a disparar contra Trump con un rifle semiautomático tipo AR-15.
Crooks se graduó en la secundaria de Bethel Park en 2022 y acorde a los registros electorales de Pensilvania votaba por el partido Republicano. Anoche, el FBI y el Servicio Secreto allanaba su casa -ubicada a escasos kilómetros del atentado- e interrogaba a familiares y amigos.
La investigación de la Cámara de Representantes no sólo se concentrará en la responsabilidad del Servicio Secreto. La Comisión de Supervisión y Responsabilidad de la Cámara de Representantes citará también al FBI, Homeland Security y a la Policía de Pensilvania.
El ataque de Crooks presupone ciertas fallas del Servicio Secreto que facilitaron el intento de magnicidio. Esas fallas en la inteligencia previa -Crooks se subió a un galpón con un rifle semiautomático y tuvo tiempo disparar al menos 10 veces- serán el comienzo de una profunda investigación parlamentaria.
Hacia 43 años que un candidato presidencial o un presidente de los Estados Unidos no sufría un ataque directo. El 30 de marzo de 1981, a las puertas del hotel Hilton en Washington, un fanático llamado Hinckley Jr. disparó contra Ronald Reagan porque quería impresionar a la actriz Jodie Foster.
Reagan fue salvado por los servicios secretos, estuvo doce días internado y logró la reelección presidencial.
La Casa Blanca tiene intenciones de colaborar con la investigación legislativa, pero se moverá con cautela para evitar que las audiencias en la Cámara de Representantes se transformen en un “insumo de la campaña electoral”, explicó un vocero de la administración Biden.
En este contexto, si hay un acuerdo político para fijar las reglas de juego, Kimberly Cheatle -directora del Servicio Secreto- concurrirá el próximo 22 de julio al Comité de Supervisión y Responsabilidad de la Cámara de Representantes.
La citación enviada por el diputado republicano Comer a Cheatle es voluntaria:
“El Comité de Supervisión y Responsabilidad ha investigación sobre el intento de asesinato que sufrió hoy (por ayer) el Presidente Trump y solicita su comparecencia voluntaria en una audiencia del Comité convocada para el 22 de julio de 2024″.
Pero el tono puede cambiar si Trump considera que la Casa Blanca se resiste a colaborar en una investigación parlamentaria orientada a determinar quién lo quizo asesinar y porqué.