Gustavo Beliz: «Argentina necesita más oído y no odio”
El secretario de Asuntos Estratégicos y presidente del Consejo Económico y Social (CES) describió de este modo el objetivo de la adhesión argentina al Pacto Internacional por la Información y la Democracia, que buscará menos rivalidades y más construcción en común en las redes sociales.
El secretario de Asuntos Estratégicos y presidente del Consejo Económico y Social (CES), Gustavo Beliz, planteó este jueves que “Argentina necesita más y mejor oído y no necesita odio de ninguna naturaleza”.
Así lo afirmó al dejar inaugurado en el Salón de los Pueblos Originarios de la Casa de Gobierno un foro internacional denominado «Atrapados en la red: Las noticias falsas y los discursos de odio como amenazas para la convivencia democrática», con motivo de la adhesión argentina al Pacto Internacional por la Información y la Democracia.
En la apertura del encuentro, Beliz resaltó que “oído, al revés, se escribe odio” y, en ese sentido, sostuvo que “Argentina necesita más y mejor oído, esto tiene que ver lo que ocurre en las redes, y obviamente no necesita odio de ninguna naturaleza. Es una paradoja del idioma, pero es una paradoja que nos convoca”, remarcó.
«Apuntamos a que las redes sociales realmente estén promoviendo un flujo de buena información, evitando prejuicios y falsedades”.
Al respecto, continuó: “Es como una invisible cadena de valor sin la cual la Argentina no tiene destino si no la logramos enhebrar de alguna manera”.
“En el Consejo Económico y Social no solo debatimos temas que tienen que ver con lo material, lo productivo, lo tangible, sino que además debe haber un capital de naturaleza invisible, intangible, que sea capaz de reconvocar a la Argentina desde otro lado, más emocional, más espiritual, más valorativo, porque sino nuestro país no tiene ninguna posibilidad de desarrollo sustentable”, explicó.
Respecto al debate sobre las ‘fake news’, Beliz afirmó que “desde el Consejo alentamos el diálogo, la construcción de puentes, la escucha respetuosa y el encuentro de acuerdos y también por supuesto la distinción de la diferencia y los distintos intereses que conviven en un mismo espacio”.
“Desde la misión de Democracia Innovadora queremos abordar -al foro sobre fake news- con un espíritu que es evitar las noticias falsas y el odio en las redes, todo lo que supone la contaminación del espacio democrático”.
Argentina adhirió a un Pacto por la Información y la Democracia que fue promovido por Francia y Alemania y cuanta con la adhesión de 43 países, entre ellos, España, Bélgica, Países Bajos, Gran Bretaña, Chile, Austria y Australia.
Sobre este pacto, Beliz consideró que “nos compromete como país para buscar caminos imaginativos que respeten la libertad y que promuevan un mayor nivel de crecimiento en el marco de la democracia que todos amamos”.
A su turno, en el marco de la presentación, Marita Carballo, quien es miembro de la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas y de la Academia Nacional de Educación, sostuvo que “los cambios tecnológico son tan acelerados, profundos y transversales al nivel global que nos afecta todos los ordenes de la vida y también a nuestro sistema democrático”.
“Las redes sociales, la robótica, la inteligencia artificial despiertan fuertes debates éticos de cara al futuro, aportan ventajas enormes y con grandes beneficios, pero también presentan riesgos potenciales”, agregó.
En esa línea, sostuvo que “desde el Consejo queremos que el progreso tecnológico abone los valores democráticos garantizados por la Constitución nacional y que la contaminación del espacio y discurso público tiene un efecto negativo para la democracia”.
Y continuó: “Entonces apuntamos a que las redes sociales realmente estén promoviendo un flujo de buena información, evitando prejuicios y falsedades”.
Sobre las redes, manifestó: “Encontramos que -las redes- no están propiciando el intercambio de ideas, no es lo que finalmente termina ocurriendo, sino que se forman grupos que escuchan sus propias creencias previas. Es lo que se llama el efecto burbuja, lo que es muy malo porque nos separa, nos agrieta y nos distancia cuando en realidad si podríamos conversar encontraríamos disidencias, pero muchos puntos en común y, con respeto, entendernos”.